UN MENSAJE PARA LOS QUE CRITICAN LA PENSIÓN A ADULTOS MAYORES

El Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores cuyo objetivo es contribuir al bienestar de la población adulta mayor otorgándoles una pensión no contributiva es, por mucho, el programa insignia de este gobierno. El programa otorga un monto mensual de $1350 a todos los adultos mayores de 68 años de todo el país. También a los adultos mayores de 65 años que viven en los municipios integrantes de pueblos indígenas. La pensión se paga bimestralmente y actualmente existen 8 millones 44 mil 956 derechohabientes.

No cabe duda que para la gran mayoría de los adultos mayores del país esta pensión representa un ingreso. Que si bien no resuelve sus problemas, o cubre todas sus necesidades, sí ayuda a sobrellevar el día a día. Sin embargo este programa de apoyo también es uno de los más criticados por quienes se oponen al Presidente. Críticas hay de todos tipo. Pero quiero centrarme en una que me parece que hay que atajar, aunque parezca tener sentido esconde un absurdo imperdonable.

La absurda crítica a la pensión de adultos mayores

La crítica es: No es justo que la pensión se le otorgue a todos los adultos mayores porque no hay quienes no lo necesitan y aún así lo reciben. Esta crítica parte de la concepción de que la cantidad que se les otorga como pensión a los adultos mayores del país es una dádiva. Esto es totalmente incorrecto. Esta pensión no es un regalo que le hacemos a los adultos mayores. Como les gusta hacerlo ver a los críticos.

Esta pensión representa un pago a cada uno de nuestros adultos mayores por el esfuerzo que hicieron a lo largo de su vida, por el trabajo que le entregaron al país y por el valor y los impuestos que generaron. Gracias a ese valor y a esos impuestos se pudo financiar la infraestructura del país, la educación, la salud, los subsidios para grandes contribuyentes y hasta el sueldo de políticos y prerrogativas de los partidos políticos. Ese valor y esos impuestos lo aportaron en su momento TODOS los adultos mayores. Desde el obrero, la secretaria, o el maestro, hasta el dueño de una pequeña fábrica o el accionista de una gran corporación.

No es dádiva, es un pago de vuelta

Por esa sencilla razón el Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores es y debe ser universal. Porque no es una ayuda ni una dádiva. Sino un pago de vuelta para quienes ya aportaron su trabajo y dinero para construir el país que hoy tenemos. Quienes se empeñan en sostener esta crítica mejor deberían cuestionarse por qué los adultos mayores reciben tan poco en retribución por todo lo que ya nos dieron.

La respuesta a eso se encuentra en situaciones como la estafa maestra. En esa operación la administración federal anterior desvió recursos millonarios a través de 128 empresas fantasmas. Dinero que debió usarse para construir infraestructura en el país que acabó en manos de particulares que no construyeron nada. 7,670 millones de pesos que en lugar de utilizarse para pagarle su pensión a 2,840,740 adultos mayores en un año. Ese dinero terminó en el caño de la corrupción, haciendo ricos a sujetos que ni siquiera impuestos pagaron. Porque para colmo utilizaron empresas fantasmas, por toda esa millonada que nos robaron.